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PANAMEÑADAS: Los 10 nombres mal dichos cuando compras en el Super. (II parte)

Después de publicar el primer post, que fue visto por 26.000 personas del pepazo, la gente se emocionó y nos pidió hacer otra parte. En esta segunda parte incluímos aquellos que la gente nos recordó y que se nos habían quedado por fuera. Para refrescarles la memoria, este post es sobre los productos del super cuyo nombre dicho a lo panameño creemos que están bien dichos, porque por costumbre fuimos nombrándolos así desde que se lo aprendimos a nuestros abuelitos, o porque nos dió la gana pues… y los apodamos así sin pensar.

Almidón para planchar la ropa: Niagara

Desde tiempos inmemriales la gente de antes tensaba la ropa para quitarle las arrugas con el llamado almidón de yuca en polvo. Más tarde las mamases lo echaban en agua caliente a fuego de estufa revolviéndolo como si fuesen brujas mezclando pócimas para luego con un atomizador pringárselo a la ropa y plancharla.

Hasta que en a mediado de los 80´s llegó el Niagara. Una botella que atomizaba el almidón sobre la ropa y hacía magia. La ropa te quedaba tan plana que las mamases del guetto inventaban plizarle cuadraditos en la espalda de las camisas de sus hijos. Cosa que sólo duraba para la pifia, porque la ropa es ropa y luego de un rato se les ajaba como papel.

El asunto es que eso del nombre Niagara es una cascada que está allá entre Canadá y Los Esteis. Pero ese producto en realidad es almidón metido en esa lata bajo presión. Pero ya la gente no tiene remedio, a todo lo que planche ropa y salga de una lata de «esprey» le llamamos Niagara.

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He aquí el culpable de las mamases retrasar a los chiquillos para ir a la escuela en esa aguebazón del plancheteo, como si el tranque no fuera nada…

Caldo Rika es caldo de pollo

Resulta que fulanito se mudó solo y está pagando alquiler y empieza a aprender a cocinar. Desde el primer día en su cocina reinará la presencia del resuélvelo todo, el Caldo Rika; sí Rika. Para aquel pela’o que aprendió a cocinar pollo ayer.

Aunque vaya al super y no encuentre el Caldo de Pollo Rika -si no lo encuentra cogerá cualquiera para pinturretear el pollo…sea con el caldo de La doña, Sansae, Maggi, para él todas en coro serán Caldo Rika, porque así se lo escuchó a la mamá. panamen%cc%83adas-dichas-35

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Todos tienen su pollo dibuja’o afuera, son caldo de Pollo, no Rika…¿Se sienten regañados?

El Rocío

Cuando es el momento de lavar ropa la empleada la recoge toda; la delicada, la grajienta y los pañales de algodón (que ya no existen, porque hasta el pobre compra Pampers® y los pobres tienen también empleadas).

Viene la empleada y las sumerge en agua con un jabón especial llamado remojador, porque así se llama, no porque hace que vuelvas a mojar la ropa, sino que así la «champurroneas» (palabra de la abuela) por un rato  para que se le suavice la mugre.

Y ¡Ay! de que las mamases te vean la ropa de la escuela puerca. Te dicen: – » ¡Bueno Junito, otra vez traes la camisa sucia! Dámela acá pa echártela en Rocío. Aunque todos los años el mismísimo comercial de TV de Rocío les dijo:- «Ponga la ropa en remojo.»

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Yo le rocío Rocío a la ropa rociándole todo el paquete encima.

Pampers

Como decíamos arriba, los difuntos pañales de tela que se lavaban y relavaban en el guetto cubrían extensos tendederos de blanca limpieza, haciéndonos recordar cuánto pupú atraparon las mamases en su labor culito-higiénica. Cuando llegó el pamper ninguna mamá moderna ha querido lidiar con masilla orgánica de bebé entre sus dedos, así que se empezaron a tirar el peo más arriba de la naríz cambiando los de tela por estos. Y aunque les rompa la quincena se compran tres cajas de Pam…perdón, pañales desechables.

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No ponemos las otras marcas porque la necedad de apodarlos todos como pampers es necia…si, porque no es necesidad, compren sus pañales de tela y verán lo que es ahorrar. Si es que existen, recuerdo que tenían escrito en la esquinita «Curity», y a las señoras les daba de cocerles ositos y conejito pa’ ganarse un chen chen, vaya tiempos.

Esprey

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Le dice el papá al pelao -«Pilla la lista», pa’ que vaya a la ferretería a comprarle unos espreys, -«son 4 esprey en lata, uno negro, uno blanco, el rojo y el dorado para las pifias». El pelao le trae todos los espresys en los colores que le pidió el papá y todo bien.

Porque eso de que existe una marca predilecta no existe, la gente con cualquiera lata pinta, pero sí existe el precio predilecto, como los que buscamos en Todo a Dólar. Si cuesta un dólar ese es el esprey que vale, no el AEROSOL, como realmente se llaman. Porque si la gente lo dijese bien ya se les escucharía decir: -» Aerosoléame esa silla en rojo».

Leche KLIM

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En Panamá por décadas los niños tomaron leche KLIM, tanto que creo que todos los genes panameños han sido modificados de tanta leche en lata. Para romper esa tradición llego Nido, y hasta ahí llegó la dinastía KLIM, si porque suena a Emperador Chino, pero es leche en inglés al revés; Milk.

Pero ahí está mi mamá defendiendo la tradición, que le echa leche en polvo de cualquier marca a su café y le llama, en efecto, leche KLIM. Mientras…por ahí las nuevas mamases diciendo que les falta plata pa’ la lata de Nido.

La Tulip

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Tulip, tulip…así rezaba una vocecita fuera de cámara al final del comercial. No sé si era para embrujarnos, para hipnotizarnos o si la decía un perico invisible. Su sabor es diferente a las otras marcas, aquellas tienen un olor como al grajo de tu sobaco y el de tu vecino juntos. Bueno, es que algunas «Tulip» olían a sobaco al ser fritas.

Pero es que cuando Tulip reinaba en las tiendas llegaron invasiones de otras Jamonillas o fiambre de cerdo a cortarle la cabeza. Cosa imposible, porque sigue siendo la preferida. Tulip gana en sabor versus las otras marcas: Dak, Swan, Spam, y un par de chinas a las que también les quieren poner nombres que suenan como si se cayeran de una tablilla al piso.

Y quien sabe de qué rayos estén hechas, pero lo que sí es verdad es que cuando pides jamonilla todas son Tulip. Hago un paréntesis aquí. Nunca he entendido por qué en las cantinas y bares venden esas salchichitas crudas en lata, que alguien me explique ese ritual licorero, porque ni en el super las venden.

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Y si quieren saber porqué la Jamonilla es un plato gourmet en América y nadie la conoce donde la fabrican, en Dinamarca, léanse este detallado artículo sobre la historia de la Jamonilla. https://www.elgallinazo.com/la-historia-oculta-de-la-jamonilla-tulip/

Jamo


Vamo’ a compra 6 sacos de Jamo. Jamo; la nueva palabra mágica de los obreros. Desde el día que todo el mundo podía comprar baldosas a 2.50 el metro la popularidad del cemento para baldosas se hizo común. Ya hasta tu tía se tiraba un borde de terraza y sabía ponerlas ella misma. Desde entonces a toda pasta que se le ponga en la panza a una baldosa o un mosaico le llamamos Jamo, aunque sea cualquier otra marca. y lo mismo le esta pasando al Jamo, digo, al cemento para baldosas marca Mano de Piedra, a ese la gente le dice- «Pasa 12 sacos de Mano de piedra» y el chinito de la ferretería te trae 12 sacos de piedra cargándolos en la mano, o sea sin carretilla.

Cemento para baldosas, pegamento, mortero adhesivo para cerámica. Cuántos nombres de Jamos.

Gerber

El Gerber es la forma más sabrosa de disfrutar lo que te quieres comer, pero no te pertenece. Porque pertenece a los bebés. Y que ahora que estás grande no te los comes, porque te da algo de pena desde el subconsciente. La cosa es que tienes que confesar que, como no te dejaban comértelos le metías el dedo al frasquito que botaba tu mamá para recoger lo que quedaba y te lamías la parte de adentro de la tapa. Si…pero lo que no te recuerdas es que Beech-Nut les llamaba compotas, como era correcto, pero para ti es Gerber.

Las de vegetales, pescado y sopa de pollo como la de la foto, a esas sí no le metías el dedo porque hasta la cara que ponían los bebés cuando les metían la cucharita en la boca ya te decían que esos Gerber sabían a diablo.

Lego

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Lego® no tiene la culpa de que los chiquillos de hoy si los conozcan. Pero este juguete, que eran los preferidos míos en la «enfantcia», porque ni loco me compro esos de ahora, ni para recordar. Tan viejos son que los papás le han pasado el apodo a sus hijos porque para ellos todos los juguetes de plástico que se pegan unos con otros son Legos.

En las escuelas les llamaban Bloques educativos. Pero hoy día se deberían de llamar bloques peliculeros, ya que Lego hoy es puro tema de películas. Y si ven no son ya los niños de 9 a 12 años quienes los compran, sino los de 14 a 40. Aún así conozco a un pelaito que le compran sus Legos y los tripea como yo cuando ‘taba en esa onda.

Y si tu papá se adelantaba a comprarte los legos que tanto le mencionabas, aunque le enseñaras el catálogo de Félix te traía sin querer la marca MegaBlocks. Y tu te cabreabas porque querías LEGO®, porque tu sí te sabías la vaina bien, y anque tambien estaban pifiosos los jugabas cabriao.

Hasta aquí llegó la lista. Antes de que nos sugieran más nombres recuerden que hay más en la primera parte, sólo clickeen abajo y encontrán más de estos nombres que dan pena y orgullo por las cosas que hacemos los Panameños.

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